¿Cuál será el precio que pagamos porque los científicos investiguen
algo demasiado valioso como para pagarlo si se pierde? Un desafortunado
ejemplo de este tipo de tragedias es lo que ocurrió con un grupo
de científicos que, sin saber que lo lamentarían en el futuro, mató al
organismo vivo más antiguo que se haya conocido de la Tierra.
En 2006 una almeja que vivía en lo profundo del mar y se conoce como
quahog, fue tomada viva por un grupo de científicos desde el fondo del
océano Atlántico con el propósito de estudiarla. Al ser congelada
mientras se esperaba para hacerle las pruebas, la almeja murió. Cuando
los científicos comenzaron a estudiar el espécimen, que en ese punto ya
estaba muerto, se dieron cuenta que tenía más de 400 años.
Los investigadores nombraron a la almeja gigante “Ming el Molusco” en
referencia al emperador Chino que reinaba en los tiempos que el molusco
había nacido. Sin embargo, luego se dieron cuenta de que era incluso
más viejo. Cuando Ming el Molusco murió, tenía 507 años.
“Nos equivocamos la primera vez y quizás no fue bueno que
publicáramos nuestros resultados en ese momento. Pero ahora estamos
totalmente seguros de la edad de la almeja“, comentó el doctor Paul Butler, científico de la Universidad de Bangor. Según se explicó en The Telegraph,
la edad puede ser determinada por marcas únicas que se encuentran en el
caparazón del espécimen, algo parecido a lo que sucede con los árboles.
Al contar los anillos en las uniones del caparazón de Ming, los
científicos no contaron las marcas comprimidas dentro y fuera de la
concha, las cuales revelaban la verdadera edad. Si bien se pueden
realizar más estudios para aprender más sobre las temperaturas marinas y
las masas de las aguas de hace miles de años atrás, otros descubrimientos seguirán siendo un misterio ahora que la antigua almeja ha pasado a mejor vida.
Los nuevos datos hacen que el nacimiento del Molusco haya tenido
lugar menos de una década después que Cristóbal Colón navegase en
dirección a América. Durante este período, el rey Enrique VIII se casó
con su primera esposa, Catalina de Aragón en 1509. Con un período de
vida que fue testigo de barcos de madera, transatlánticos,
submarinos y cables transatlánticos, parece un poco amargo que haya
tenido que morir en el congelador de un laboratorio.
Es por esto que es esencial que en el futuro se tenga más cuidado a
la hora de proteger los descubrimientos futuros y preservar los
organismos de la Tierra. Esperamos que este decepcionante desenlace
sirva como una lección para la humanidad a medida que evoluciona.
Fuente:
http://www.upsocl.com/verde/cientificos-encontraron-y-mataron-a-la-criatura-mas-antigua-de-la-tierra/
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