Es tarde de madrugada, aún no ha salido el sol, pero una fuerte tormenta zarandea el barco, me levanto sobresaltado y con el corazón encogido. Fuertes ráfagas de viento hacen que el barco se meza de un lado a otro, en el horizonte, no se distingue el cielo del mar, un rayo tras otro cae al agua y el estridente ruido de los truenos es sobrecogedor. Grandes olas golpean el casco incesantemente, salpicando agua por toda la cubierta. Anuk, no deja de llorar, aterrorizado por el estruendo de los truenos. Finalmente lo encierro en el camarote, para evitar que caiga al agua y ato con fuerza todo el material, para que no acabe todo desperdigado y cualquier objeto acabe por golpearme. Cuando ya está todo bien atado, me pongo el chubasquero y me dispongo a salir a cubierta, para amarrar fuertemente las velas, para evitar cualquier tipo de daño en la estructura del velero. Pero al salir, el barco se zarandea con tal fuerza, que me tumba al suelo, y las olas no me dejan levantar, cuando por fin lo logro, me ato un cabo a la cintura y el otro extremo al mástil, de este modo evitare acabar en mar abierto y morir ahogado. Una vez bien atadas las velas, entro de nuevo en el camarote y me abrazo fuertemente a Anuk, tanto él como yo estamos aterrorizados, incesantes lágrimas brotan por mis ojos, como si de una presa se tratase, grandes ríos de lágrimas emanan sin descanso. Poco a poco, trato de relajarme, respiro hondo e intento pensar en otra cosa. La tormenta se alarga durante algo más de 6 horas, finalmente los truenos cesan, parece que como suele decirse, tras la tormenta llega la calma. Fuera, siguen cayendo pequeñas gotas y se ha levantado un fuerte viento, así que aprovecho a izar velas, y avanzar a pasos agigantados hacia el nuevo mundo.
Deben ser las doce del medio día, pues el sol está en lo más alto, cuando los primeros rayos de sol asoman entre las nubes, el viento afloja y la lluvia ha terminado definitivamente. Con todo el problema que se me ha venido encima esta noche, no he comido ni bebido desde hace más de quince horas, así que me preparo un gran manjar a base de aceitunas rellenas, patatas de bolsa y ensaladilla rusa pre cocinada y a Anuk le pongo una buena lata de pollo y arroz con verduras. Tenemos que celebrar que seguimos con vida, pues hubo más de una ocasión, en que no lo tenía demasiado claro.
En acabar, ahora ya con el estomago lleno, me ato una hamaca en cubierta y me hecho una buena siesta, aprovechando el calorcito que me brindan los preciosos rayos del sol.
Cuando por fin me levanto, limpio las algas que han quedado por cubierta, a causa de la fuerte tormenta y trato de dejar el barco impecable. Esto me lleva algo más de tres horas, me encuentro empapado en sudor, así que me quito la ropa y la tiendo, para que se seque un poco.
Rendido por el día tan duro que he tenido, nada más ponerse el sol, me voy a dormir, tratando de dejar atrás los malos pensamientos que se pasan incesantemente por mi cabeza. Y esperando que mañana vaya mucho mejor.
4 comentarios:
Muy bien amigo. Ya he leido tu libro blog 3. Veo que afortunadamente sigues con vida, cosa que me alegra. Ya te seguiré e relato, pero sin agobiarte. Saludos.
Ya tengo escrita la siguiente parte, se lo pasare a mi novia para que lo corrija y en cuanto lo tengo lo cuelgo. Trataré que sean mas seguidos los relatos, pero la vida esta llena de imprevistos, pero para no dejar tirado a los seguidores, trataré de escribir varios capítulos seguidos y al menos publicar un par de capítulos por semana
Hola Shintay. Te deseo lo mejor en éstas fiestas y deseo que en el próximo año publiques algún capitulo más de tus relatos del libro-blog. Me gustaron mucho los cuatro que tienes publicados. Salud amigo y Feliz Año.
igualmente, y mil disculpas, con tanta faena lo deje de bada temporalmente un abrazo y buenas fiestas
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